¿Pero yo dónde estaba?
Hace unas semanas que mi hijo me hace esta pregunta.
Mi pequeño tiene 4 años y, cada vez que vemos fotos antiguas o le contamos algo que ocurrió antes de que naciera, siempre repite lo mismo:
—¿Pero yo dónde estaba?
Yo suelo responderle entre risas:
—Estabas dentro de mamá y papá.
Él me mira con una cara de incredulidad, como diciendo: “¿Qué dices, mami?”.
Hace unos días, mientras iba en el coche, escuché a medias una entrevista en la radio y el entrevistado dijo una frase que me dejó paralizada:
“Yo antes de nacer era mis padres”.
Ese señor estaba respondiendo exactamente a la pregunta de mi hijo, y quizás también a la de todos nosotros. Después de esa frase, comenzó a hablar del origen de sus padres, de sus luchas, sus éxitos y fracasos… y cómo todo ello lo conformaba a él.
Es cierto que pasamos la vida buscando individualidad, autenticidad, libertad, diferencia… pero no podemos olvidar que somos de donde venimos. Entonces, la pregunta de mi niño cobra más sentido: ¿y dónde estábamos? Pues con ellos, con tu padre y tu madre.
Cada vez que realizamos entrevistas biográficas, siempre inicio con una reunión previa con los protagonistas. Es un espacio para conocernos, generar confianza y entender qué temas duelen y cuáles no. Y siempre comienzo hablando de los padres:
—¿De dónde era tu mamá? ¿Sabes algo de su familia?
—¿Y tu papá? ¿Sabes cómo se conocieron? ¿Y su boda?
Las historias son infinitas. A lo largo de estos proyectos, en nuestra experiencia de videografía en Madrid, hemos comprobado que hablar de los padres resulta profundamente terapéutico. Los protagonistas comparten recuerdos con amor, cariño, comprensión e incluso perdón. Porque todo se entiende mejor en su tiempo y en su contexto.
En una época en la que invertimos tanto esfuerzo en comprender nuestras heridas, quizá también ha llegado el momento de abrazarlas, perdonarlas y entenderlas por lo que son.