El tiempo es mi AMIENEMIGO

Grabación de una Semblanza en nuestro Set de Las Rozas

El tiempo y su crudeza, el tiempo y su bondad, el tiempo y su aprendizaje, el tiempo y su crueldad.

Si en tu vida existe una relación compleja esa es la relación que tienes con el tiempo. Se escapa a nuestro control, juega a nuestro favor y en nuestra contra, es un reflejo de nuestros deseos, esperanzas y nuestros miedos. 

Desde que hacemos Semblanza, videografía en Madrid, el tiempo ha cambiado para mí, el tiempo se ha convertido en mi aliado, me imagino que es una fase porque definitivamente la relación tiene dos caras y en algún momento se convertirá en mi enemigo de nuevo.

Pero, ¿Por qué digo que el tiempo es mi aliado? Las razones son varias y para no perder las buenas costumbres las voy a listar:

  1. Soy capaz de parar el tiempo. ¡¿Queeeeeé?! seguramente estéis pensado: “La hemos perdido por completo, ya se le ha ido la cabeza del todo”, por favor, dejad que me explique. Cuando estoy sentada delante de los protagonistas hablando sobre sus vidas para mí ya no hay tiempo. En el mundo de la absoluta inmediatez, en el mundo de los vídeos de 20 segundos, de repente me encuentro delante de Jessi, de Myriam, de Sid, de Nacho, de Margaret, de Cata, de Ana… y el tiempo se para. No hay relojes, no hay prisa, no hay un “date prisa”… Estamos la protagonista, Bibi y yo conversando. Estoy escuchando activamente, aprendiendo, emocionándome y por un momento siento que el tiempo se frena para precisamente hablar de él, porque el TIEMPO es el protagonista de nuestras charlas.

  2. El tiempo es el hilo conductor. La definición del tiempo según la RAE es la siguiente: “Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro…” Ante eso no tengo nada más que añadir. El tiempo es mi guión.

  3. El valor del tiempo. Pero ¿Cuánto vale nuestro tiempo? Pues el tiempo tiene el valor que tú le quieras dar. ¿Hay algo que hubieses hecho de otra manera? Esta pregunta nunca es necesaria porque entrelíneas durante nuestras Videografías vemos donde has puesto tu tiempo y por ende tu energía. Todavía no se ha sentado nadie a contarme que el tiempo que pasaron en una reunión de 3 horas con el CEO de “nosecuantitos” sea el mejor tiempo empleado. En cambio el tiempo que “gastaste” en preparar una fiesta para un ser querido, el tiempo que “empleaste” para ir a los partidos de tus hijos, el tiempo que “dedicaste” a leer un cuento a tu sobrino, el valor de ese tiempo es incalculable, el valor de ese tiempo es eterno. 

  4. El tiempo y su velocidad. Haciendo Entrevistas en vídeo, tengo la oportunidad de confirmar lo que ya sabía: “La vida pasa muy rápida” Me lo decía Jessi hace unos días cuando me hablaba de sus planes de jubilación: “Llegó el día y yo no podía creerme que ya hubiesen pasado todos esos años”. Pero como os digo, esto me lo llevan avisando desde que soy pequeña, no puedo olvidar a mi abuelo decir: “Qué lentos son los días pero que rápidos los años”. Y entonces qué tiene esto de “bueno” pues para mi significa vivir con más conciencia, menos culpa y más presencia en el aquí y ahora.

  5. Hablar del tiempo es sanador. Ya hemos hablado del recuerdo y sus virtudes en diferentes ocasiones pero hablar del tiempo también es hablar del ahora y del futuro. Sana mucho hablar de cómo estás ahora. Veo a nuestros protagonistas, en la Biografía en Vídeo,  hablando del momento en qué se encuentran, de qué están haciendo con su tiempo, de donde ponen sus energías. Hablamos de los planes del futuro, ¿a dónde te gustaría viajar?, ¿imaginas tu vida de aquí a un par de años?, ¿quieres estudiar, leer, aprender algo nuevo? Cuando pienso en esto no puedo olvidarme de Cecilia y como nos contaba que ahora quería seguir aprendiendo a tocar el piano o de Margaret que se veía en la boda de su nieto mayor. Hablar es tan reconfortante,  tan esperanzador, tiene tanto de curativo que me alegra compartirlo con ellos.

Entonces mi querido Tiempo ahora que tú y yo somos amigos, déjame que te diga una cosa: Gracias, gracias porque en tu escasez encuentro mi superpoder. Ahora abrazo más fuerte a mis hijos,  ahora hablo con más cariño a mi madre, ahora busco conversaciones más profundas con mis amigas, ahora me río más fuerte con mi pareja. Semblanza es la escuela del tiempo.

Siguiente
Siguiente

Te presto mis ojos